Este proyecto auto-iniciado nació del deseo de explorar las intersecciones emocionales entre la música, la tipografía, el color y el movimiento.
Partiendo de las letras de algunas de mis canciones favoritas como punto de partida, creé composiciones tipográficas donde la forma y el ritmo están guiados por la melodía y el tono, dando como resultado piezas visuales abstractas e inmersivas.
Enfoqué cada letra no solo como texto, sino como un ambiente.
El objetivo no era la legibilidad, sino la sensación. Quise que cada póster se convirtiera en un remix visual, donde la tipografía se transforma y baila al ritmo del sonido que la respalda.